martes, 31 de agosto de 2010

BASILICA Y SANTUARIO DE SANTA ROSA DE LIMA


Una de las celebraciones religiosas más importantes en el Perú es la fiesta de Santa Rosa de Lima, Patrona de América, Filipinas e Indias Occidentales. En su honor, cada 30 de agosto, se realizan peregrinaciones al santuario y basílica ubicados en la primera cuadra de la avenida Tacna, en el límite del Cercado con el distrito del Rímac.

El complejo monumental refleja parte de la vida de la Santa, transcurrida entre los muros de la que fuera su vivienda. De ella se han conservado el jardín, huerto y la ermita, además del pozo hoy denominado de los deseos. El ambiente destinado a su habitación fue modificado para construir una Capilla.



HISTORIA

Don Gaspar Flores, padre de Santa Rosa de Lima, para estar cerca de la Casa de Pizarro, donde trabajaba como guardia de Honor del Virrey, alquila la propiedad de Pedro de Valladolid, por la suma de doce pesos mensuales. En ella nacen sus hijos, entre ellos Isabel, quien desde pequeña muestra su gran devoción a Dios.

La casa entonces colindaba con el Hospital Espíritu Santo y estaba frente a la finca donde nació otro santo peruano: Martín de Porres, con quien la pequeña Isabel Flores de Oliva compartía juegos y oraciones.

Fue en esta vivienda donde Rosa, además de atender a pobres y enfermos, hacer labores para ayudar a la economía familiar, realizaba penitencias como las que se describen en los muros del santuario. En uno de ellos se dice que a la muerte de Rosa de Santa María, ocurrida el 24 de agosto de 1617, los devotos comenzaron a reunirse en la casa, pagando el alquiler, hasta que el 7 de febrero de 1669, don Andrés de Vilela, Caballero del Orden de Santiago y del Consejo de su Majestad decide comprarla, donándola a los religiosos del Convento de Predicadores (Santo Domingo) para que hicieran el Santuario y la Capilla.

Por respeto a Santa Rosa, no se atrevieron a demoler la casa y el huerto, que mantuvo su diseño original. La Iglesia, construida en parte de los terrenos del antiguo hospital del Espíritu Santo, pasó por varias remodelaciones y reconstrucciones. En 1746, el 28 de octubre, un gran terremoto sacude Lima y se vienen abajo algunas estructuras del Santuario, como los techos de la pequeña Iglesia, que son reparados gracias a la intervención del capellán del Santuario, padre Gregorio Mendoza.

Sin embargo, en 1917, como parte de las celebraciones del tercer centenario del nacimiento de Santa Rosa, se da la restauración más importante del Santuario, considerado a partir de 1948, Monumento Histórico Nacional (Decreto N° 122, del 17 de setiembre).

Debido a la ampliación de la avenida Tacna, en 1961, se demuelen dos torres y la fachada de la Iglesia del Santuario y se inicia un proyecto monumental para hacer la Basílica. Los primeros trabajos se realizan en 1986, en el cuarto centenario del natalicio de Santa Rosa, donde además se restaura la Casa, el Jardín y la Casa de Espiritualidad, anexa al Santuario.

En 1992, el 23 de agosto, el entonces arzobispo de Lima, Monseñor Augusto Vargas Alzamora, inaugura y consagra la nueva Iglesia Santuario, que un año después, recibe del Papa Juan Pablo II el título de Basílica Santuario de Santa Rosa,

MODELO DE ESPIRITUALIDAD

Los horarios de visita al conjunto religioso son de lunes a domingo, de 9.00 a 1.00 y de 3.00 a 6.00 de la tarde. Tanto en el templo como en la casa se pueden apreciar hermosas pinturas que exaltan la espiritualidad de la santa de América. En la Basílica existe una colección tallada en piedra de Huamanga que narra episodios de su vida, además de un bello altar mayor en pan de oro.

Este recinto fue bendecido con la gracia de otorgar indulgencias plenarias a todo aquel que lo visite los días 30 de abril, fecha del nacimiento de Santa Rosa; 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo; 23 de agosto, día de la dedicación de este templo; 30 de agosto, festividad de Santa Rosa; 7 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario; y, un día del año de libre elección

En el Santuario destaca el huerto y jardín, aquel en el cual brotaban rosas, donde también se ubica la Ermita de adobe, de aproximadamente tres metros cuadrados, construida con ayuda de su hermano Hernando, a la que iba a visitarla Jesús.

En ella, se encerraba para orar durante horas, sujetando sus cabellos con un clavo en alto para no ceder al sueño. También desde este lugar solía elevar sus cánticos de alabanza mientras participaba de la misa celebraba en otros templos de la ciudad.

Incrustadas al muro que circunda el jardín, protegidas por un vidrio, se aprecian una rama del limonero y del naranjo que cultivó en su huerto. Se dice que son las únicas que se libraron de ser arrancadas por los devotos. La historia señala que el demonio frecuentemente se le aparecía en horribles figuras y que una vez se escondió entre las ramas del limonero para distraerla de sus oraciones y penitencias. Como el artificio no le resultó, se retiró furioso secando totalmente el árbol. Sin embargo, milagrosamente, éste siguió dando sus frutos.

El jardín también fue el lugar elegido por la santa para el recorrido de estaciones del Vía Crucis. Mientras rezaba, cargaba una pesada cruz, uniéndose a los dolores y sufrimientos de Jesús. Esa penitencia comenzó cuando ella tenía cuatro años de edad y a medida que fue creciendo, el peso de la cruz o maderos fue aumentando, al extremo que a veces no podía moverse y forcejeaba, luchaba y resistía hasta caer al piso rendida. A los catorce años, por las noches paseaba con los pies descalzos, llevando una cruz muy grande sobre sus hombros y no contenta con esto, se dejaba caer de golpe, hiriéndose las rodillas.

El pozo de Santa Rosa es otro atractivo del lugar. En él sus fieles arrojan cartas, solicitándole milagros. En vida de la santa, fue el depositario de la llave que abría el candado de la cadena con púas de metal que circundaban su cintura. De esa manera, a 19 metros de profundidad, lanzaba toda tentación de ceder ante el dolor.

En torno a este hecho, se cuenta que alertado por sus familiares que descubrieron lo que hacía, su confesor le pidió quitarse el cilicio que tenía incrustado en la piel. Rosa le contó que había botado la llave y se dirigió al pozo, bañada en llanto. Es entonces que se le aparece el Señor y por obra de su gracia, la cadena se abrió.

En la casona se distinguen partes de la vivienda y la habitación que convirtió en enfermería, en la que daba alimentos, sanaba heridas, lavaba pies y cabezas, sin hacer diferencias de condición social. Igualmente, se puede apreciar el que fue su dormitorio, donde dormía solamente dos horas diarias, en una cama formada por dos troncos y tres piedras de cabecera. Muy cerca, se encuentra la pesada cruz utilizada en su penitencia del Vía Crucis y una silla usada por la santa.

En el conjunto destacan la pintura que le hiciera el artista italiano Angelino Medoro, en sus últimas horas de vida. También la del Niño Dios, conocido como el Doctorcito, a quien acudía a solicitarle consejo cuando atendía graves casos de salud. Hay igualmente valiosas esculturas, como en la que se le representa con un ancla a los pies, en mérito a su protección de la ciudad ante las amenazas de los piratas.

Complementan el monumento histórico, además de los jardines externos donde se alzan las esculturas de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres -sin acceso al público-, la Casa Espiritual donde viven los sacerdotes, misioneros y seminaristas de la orden, el convento de las religiosas y las oficinas administrativas.

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FUENTEBASILICA Y SANTUARIO DE SANTA ROSA DE LIMA
CONVENTO DE SANTO DOMINGO

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