martes, 25 de diciembre de 2012

NAVIDAD EN LA LIMA DE ANTAÑO


Los orígenes de la Navidad se remontan en Lima a la llegada de los conquistadores, quienes no sólo traían al nuevo continente la consigna de expandir los dominios territoriales de España, sino también propagar la fe católica. Para ello se valen de la introducción del culto de imágenes que simbolizan la presencia de un solo Dios Todopoderoso.

Muchas de estas advocaciones, utilizadas por las órdenes religiosas para evangelizar, son enviadas por los reyes españoles. Sin embargo, con el tiempo, surgen artistas nativos que dan vida a una iconografía propia, con presencia de elementos indigenistas. Un ejemplo de ello es el Niño Jesús que, en el Cusco, hasta el siglo XVII, era adornado con los atuendos del Inca. En 1675, el Obispo de Mollinedo da la orden de quitarle la mascaipacha y el Sol. Sólo le dejan los rayos en la cabeza. (Nanda Leonardini, p.183).

miércoles, 5 de diciembre de 2012

CRUZ DEL VIAJERO, SIMBOLO DE FE


Autor: Lita Velasco Asenjo

En el cruce de las avenida Sucre y Cipriano Dulanto se levanta silenciosa la Cruz del Viajero, símbolo de la fe de un pueblo cristiano que mantiene una tradición iniciada hace cientos de años, cuando los habitantes de a pie o en mula se detenían ante ella para pedirle su protección antes de seguir viaje.
La tradición oral cuenta que la costumbre de colocar imágenes protectoras tiene sus orígenes mucho antes de la llegada de los españoles. Los antiguos pobladores ponían en las apachetas -montículos conformados por piedras-, situadas en la separación de los caminos, en cerros o en los lugares peligrosos, una ofrenda dedicada a los dioses encargados de acompañarlos para garantizar un  buen viaje.  

martes, 31 de agosto de 2010

BASILICA Y SANTUARIO DE SANTA ROSA DE LIMA


Una de las celebraciones religiosas más importantes en el Perú es la fiesta de Santa Rosa de Lima, Patrona de América, Filipinas e Indias Occidentales. En su honor, cada 30 de agosto, se realizan peregrinaciones al santuario y basílica ubicados en la primera cuadra de la avenida Tacna, en el límite del Cercado con el distrito del Rímac.

El complejo monumental refleja parte de la vida de la Santa, transcurrida entre los muros de la que fuera su vivienda. De ella se han conservado el jardín, huerto y la ermita, además del pozo hoy denominado de los deseos. El ambiente destinado a su habitación fue modificado para construir una Capilla.

CANONIZACION DE SANTA ROSA DE LIMA


 Por: Lita Velasco Asenjo

La noticia de la muerte de Santa Rosa, ocurrida en las primeras horas del 24 de agosto de 1617, circuló como un reguero de pólvora en Lima. Negros, indios, mulatos, nobles, autoridades eclesiásticas, políticas (incluido el virrey y su corte), representantes de instituciones, estudiantes así como pobladores de toda condición se confundieron en el dolor y acudieron presurosos a la casa de la familia de la Maza, donde la joven se había refugiado para pasar sus últimos días

Cronistas de la época señalan que nunca antes se había observado a tanta gente atisbando por las ventanas, en las calles, tratando de acercarse a la santa que, a los treinta y un años de edad, había partido tal como lo vaticinara, un día en que se celebraba la fiesta de San Bartolomé. Tanto en el velorio, traslado de sus restos al convento de Santo Domingo, como en el entierro, los devotos se abalanzaron sobre su cuerpo para tomar un trozo de sus vestimentas o un recuerdo que les aseguraba que continuarían bajo su protección. Hubo incluso algunos buscadores de reliquias que se apostaron en la casa donde vivió, hoy convertida en santuario.

martes, 24 de agosto de 2010

SANTA ROSA DE LIMA


El siglo XVII representó para la iglesia católica la reafirmación de la fe en Cristo. Fue la época de las canonizaciones y beatificaciones, que encuentra su máxima exponente en Rosa de Santa María, primera santa limeña que representa la coronación al esfuerzo evangelizador de España en sus colonias.

La beatificación de Isabel Flores de Oliva se convirtió en el máximo acontecimiento religioso de la época. Se dio el 12 de febrero de 1668. Tres años después es santificada y proclamada patrona del Perú, América, las Indias Occidentales y Filipinas.

lunes, 23 de agosto de 2010

PANTEON DE LOS PROCERES

Por: Lita Velasco Asenjo 

En la antigua Iglesia de San Carlos se yergue con orgullo el “Panteón de los Próceres”, santuario en el que se rinde homenaje a los gestores de la Independencia Nacional.

En este recinto, localizado entre las esquinas de la avenida La Colmena con el jirón Azángaro, en el Parque Universitario, en pleno corazón de Lima, se encuentra este monumento que trae a la memoria las acciones y ejemplos de vida de hombres, mujeres e incluso niños que lucharon por la libertad y soberanía del Perú.

miércoles, 11 de agosto de 2010

PACHACAMAC, SANTUARIO RELIGIOSO

Por: Lita Velasco Asenjo

Cuando los españoles ingresaron a Pachacamac, no sólo quedaron impresionados por la majestuosidad del lugar, sino que –según da cuenta William Prescott, en Historia de la Conquista del Perú - además, fueron impactados por un terremoto que llenó de pánico a los naturales, en cuyas mentes no podían concebir que unos extraños llegados de otras tierras se atrevieran a violar el templo dedicado a su máxima divinidad, creadora del universo.

viernes, 6 de agosto de 2010

LOS CRISTOS DE LA SEMANA SANTA


 La figura central de la Semana Santa es Cristo y en torno a El existen en nuestro país una serie de advocaciones que lo representan en distintos pasajes de la Pasión. Algunas de las imágenes provienen de España, pero la gran mayoría son de manufactura peruana, de artistas que mantenidos en el anonimato han dado forma a piezas de singular belleza, que se encuentran en muchos templos y conventos capitalinos.

En torno a estas imágenes existen originales historias. Nanda Leonardini y Patricia Borda, en su “Diccionario iconográfico religioso peruano”, nos ayudan a conocer el origen de muchas que saldrán estos días a recorrer las calles tanto en el Cercado de Lima, como en algunas de sus provincias y distritos. Una nueva forma de encontrarse con la fe y al mismo tiempo, de hacer turismo religioso.